A la conclusión del tenso y polémico partido entre el Leche Río Breogán y el CB Melilla , el entrenador de los lucenses, Paco García, declaró en rueda de prensa que “si no tuviera que trabajar para mantener a mi mujer y mis hijas, dejaría este circo del baloncesto y lo mandaría todo a la mierda. Me siento despreciado en la pista; no puedo gritar mientras mis compañeros sí pueden. Si el problema soy yo o el presidente, que pone la pasta de su bolsillo, que por favor me llamen de la Federación y lo digan. Estoy tan asqueado y desilusionado…”.Refiriéndose a la pareja arbitral, Paco García afirmó que “son los mismos árbitros que nos pitaron en Melilla el año pasado. Ellos hoy han lanzado 37 tiros libres y nosotros 22; así es muy difícil ganar. Quiero jugar con las mismas reglas que el resto. Puede que alguno de los nuestros cometiera pasos en los minutos finales, pero alguno de los suyos botó el balón de forma antirreglamentaria. A lo mejor, a partir de ahora, practicamos eso mismo en los entrenamientos".
El técnico castellano no comentó el bochornoso incidente protagonizado en el túnel de vestuarios por Diego Ciorciari, base del Melilla, y Raúl López, presidente breoganista, que terminó con un corte en el labio y un auténtico ataque de nervios del mandatario lucense. En cambio, sí se refirió a los gestos del jugador argentino tras machacar el aro local en el último minuto, aseverando que “ha habido un jugador que no ha sabido ganar. Eso se llama educación y se aprende desde pequeñito. Cuando uno tiene poca educación es imposible saber ganar o perder.”
Tras un decepcionante inicio de temporada para un renovado equipo con aspiraciones de ascenso, los jugadores del Leche Río siguen mostrando un rendimiento pobre y falta de concentración en finales apretados. En este sentido, lo único que, dentro de su rajada de los árbitros, comentó Paco García fue que “hicimos una mala salida, nos costó meternos y no estuvimos finos en el tiro exterior.”
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