El club paranaense fue homenajeado por las 25 temporadas en las diferentes categorías de la Liga Nacional. El martes, el vicepresidente 2º de la Asociación de Clubes, Juan Siemienczuk, entregó una plaqueta que recibieron el presidente César Gonano y el secretario Orlando Butta. “Echagüe tiene que estar tremendamente orgulloso por el esfuerzo de haber participado en todas las ediciones”, dijo el dirigente de la AdC.
Hace unas semana, Echagüe inició su participación en el TNA cumpliendo su vigésimo quinta participación en la Liga Nacional, un orgullo compartido solamente con Atenas de Córdoba, Peñarol de Mar del Plata y Estudiantes de Bahía Blanca, las únicas entidades que han participado en todas las temporadas desde que en 1984 comenzó a disputarse este certamen con la recordada Liga de Transición.
Echagüe se ganó el respeto por decir siempre presente, por no faltar nunca, más allá de los golpes, de los descensos, de los problemas económicos y de un sinfín de cuestionamientos. El paso del tiempo lo ha ubicado entre las entidades más importantes del baloncesto argentino, a pesar de que hace muchos años que no juega en la elite. Es que en cualquier punto de la extensa geografía argentina, decir Echagüe es decir básquet. Es el sello que distingue a Paraná en cualquier rincón de nuestras tierras. Por eso, antes del salto inicial que abrió la cuarta fecha del Torneo Nacional de Ascenso, recibió una distinción de la Asociación de Clubes en homenaje a las 25 participaciones ininterrumpidas en la Liga Nacional.
“La institución tiene que estar tremendamente orgullosa por el esfuerzo de haber participado en todas las ediciones. Echagüe estuvo dos temporadas en la Liga B, consiguió el ascenso y jugó ocho temporadas en la Liga A y lleva 15 en el TNA. No es fácil aguantar tres categorías y seguir jugando Liga Nacional. Por eso, va una felicitación a todos los dirigentes, a los que empezaron, a los que siguieron y a los que están ahora, porque es un esfuerzo lindo que hace que Echagüe tenga este merecido reconocimiento después de tanto tiempo”, dijo el vicepresidente segundo de la Asociación de Clubes, Juan Siemienczuk, que estuvo en Paraná y, antes del partido que el equipo jugó ante Unión de Sunchales, entregó una plaqueta que recibieron el presidente de la entidad, César Gonano, y el secretario, Orlando Butta.
De los 25 campeonatos disputados, Echagüe jugó ocho temporadas en la máxima divisional: 1986, 1987, 1988, 1989, 1990, 1990/91, 1992/93 y 1994/95. Las mejores campañas las cumplió en 1988 y 1990, bajo la dirección técnica de Miguel Volcan Sánchez, cuando finalizó en la quinta posición. Eso sí, el éxito deportivo nunca estuvo de la mano de esta entidad. Pocas veces disfrutó a pleno de grandes campañas. Pese a ello, se supo sostener para siempre volver a intentarlo.
Tal vez por eso el primer reconocimiento llegó en Paraná. O porque fue en esta misma ciudad donde se realizó, por iniciativa de Chungo Butta, el primer encuentro de clubes para crear la Liga Nacional, ese que dio origen a la “Declaración de Paraná”, donde se exponían los objetivos y principios de la competencia gestada en la cabeza de León Najnudel. Por eso estuvo Siemienczuk en la capital entrerriana, quien llegó a la Asociación de Clubes como representante de Echagüe y hace 12 años que es vicepresidente segundo de la entidad que rige el básquet.
Desde que arrancó la Liga Nacional, la entidad paranaense tuvo su participación y en esta temporada 2008/2009, Echagüe sigue siendo parte del certamen. Varias veces estuvo a punto de abandonar por problemas financieros. Sin embargo, con mucho esfuerzo siempre dijo presente. En este extenso trayecto por el club paranaense pasaron una gran cantidad de foráneos. Charles Parker es el icono principal, pero nadie olvida a James Harwell, Glenn Sudhop, Dennis Still, Edgard Merchant y Delon Turner, entre los mejores y más talentosos extranjeros que pisaron Paraná, aunque no hay que olvidar al uruguayo Horacio Tato López ni al canadiense Greg Wiltjer, ambos integrantes de las selecciones de su país.
Pero el símbolo fue, es y será Aníbal Sánchez. Porque nació en el club, creció ahí mismo y porque gracias a su talento Echagüe fue subiendo peldaños hasta llegar a la máxima categoría, siendo él una pieza insustituible. En Echagüe, lo dicen viejos y nuevos dirigentes, fue la persona que cambió la forma de encarar el deporte. Fue quien hizo el clic entre el amateurismo y el profesionalismo, cuando la Liga Nacional recién estaba dando sus primeros pasos. Sin dudas fue un espejo para generaciones siguientes. Es que en Echagüe todos asociaron a Aníbal Sánchez con esa cuestión del ensayo constante, de entrenar, trabajar, del tozudo esfuerzo como único camino para llegar adonde uno más anhela. El ídolo se llamó Aníbal Edgardo Sánchez.
Veinticinco años han pasado. La Liga Nacional cumple sus Bodas de Plata. “Parece increíble, después de todo lo que ha sucedido y con todos lo vaivenes que atravesó el país, la Liga Nacional está muy fuerte. Además, estamos muy contentos y orgullosos porque es la única competencia en el mundo que tiene tres categorías, nadie entiende eso; también es la única en el mundo con televisación de todo el torneo de la segunda categoría, ya que algunos lo hacen pero sólo en la serie final”, enumeró Siemienczuk, el dirigente de la AdC que no dejó de destacar que “todos los años se trabaja para corregir cosas e implementar en forma conjunta con todos los clubes”.
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